sábado, 20 de agosto de 2011

La muñeca triste.



Escondida por los rincones,
temerosa de que alguien la vea,
conversaba con los ratones,
la pobre muñeca triste.


Un bracito ya se le rompió;
su carita está llena de hollín,
y al sentirse olvidada lloró
lagrimitas de aserrín…


Muñequita, le dijo el ratón,
ya no llores, tontita, no tienes razón.
Tus amigos no son los del mundo
pues te olvidaron en este rincón.


Nosotros no somos así…
Te quiere la escoba y el recogedor;
te quiere el plumero y el sacudidor;
te quiere la araña y la vieja perdiz;
también yo te quiero y te quiero feliz.









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